23/9/08

Toledo

Este bonito viaje por las regiones de Castilla-La Mancha, Andalucía, Extremadura, Castilla y León, y Galicia  lo hice con un amigo, compartiendo los gastos, a mediados de septiembre de 2008, durante 16 días, teniendo como punto de partida y de retorno Madrid, completando un trayecto de 2.400 kms., cuya ruta aparece en el mapa inserto abajo. Como me encanta conducir, rentamos un auto económico marca Volkswagen en una agencia Hertz, por el que pagamos en total 365€ y 162€ por concepto de combustible (diesel).

Nuestra primera parada fue en Toledo, antigua capital del reino español, fundada por los romanos en el año 192 d.C. con el topónimo de Toletum, y bordeada por el río Tajo. En esta bella e histórica ciudad, reconquistada en 1085 por Alfonso VI, después de haber estado durante siglos sometida al dominio de visigodos y musulmanes, se conservan las huellas religiosas y culturales de esos pueblos en palacios, iglesias, sinagogas y mezquitas, pero cuenta además con las impresionantes obras de El Greco (Doménikos Theotoópulos), que si bien nació en la isla de Creta, vivió e instaló su taller en Toledo desde 1577 hasta su muerte en 1614, siendo una de sus pinturas más conocidas el Entierro del Conde de Orgaz

Nos hospedamos en el Hotel Pattaya, ubicado en la calle Toledo, 19, de Mocejón, un pueblo que está a 11 kms. al norte de Toledo y que no tendrá más de 4.000 habitantes, muy tranquilito y castellano, eso sí. El hotel es de reciente construcción, las habitaciones son sencillas, limpias y bien arregladas, la atención es buena y el precio por noche fue de 42€ con IVA incluido.

No puedo dejar de mencionar que en Toledo se comen las chuletas de cordero lechal con patatas tan bien como en Segovia, así que parafraseando a Enrique IV, puedo asegurar que Toledo bien vale unas chuletitas de cordero lechal.

TOTUM REVOLUTUM: Debido a un infarto que hizo colapsar el disco duro de Celestina, mi anterior laptop, la mayoría de las fotos de este viaje se dañaron o se perdieron, entre ellas las de esta visita a Toledo. Por tal motivo, verán que son pocas las que he podido publicar de Granada, Córdoba, Sevilla y Salamanca.
Moraleja: Al menos una vez al mes hay que respaldar el contenido del disco duro en otro externo o, en su defecto, en un pendrive, o en un CD.


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17/9/08

Salamanca

"Salamanca al Maestro Salinas"

La Casa de las Conchas

Los molinos ya no son como aquellos contra los que peleaba Don Quijote

16/9/08

15/9/08

Córdoba

Entre Granada y Córdoba, distante aproximadamente 200 kms. una de otra, nos detuvimos en Bodegas Santa Rita para comprar, casi a precio de costo, varias botellas de aceite de oliva y un par de envases de aceitunas de los que se producen en la región. Más adelante nos asaltó el hambre y 40 kms. antes de llegar a Córdoba decidimos almorzar en un sitio que resultó bastante aceptable, la Taberna La Galga, donde ambos viajeros dimos cuenta de un primer y segundo plato, una jarra de vino de la casa, postre y café por 24€ en total. 

Ya en Córdoba, nos hospedamos en el Hotel Los Omeyas, situado en la Calle Encarnación, 17, del barrio judío, pero cuyo acceso es un poco complicado, porque queda en una callecita a la que se llega desde una plazoleta donde no está permitido circular con vehículos, así que tuvimos que bajar el equipaje en la esquina y luego seguir a uno de los empleados del hotel para aparcar el auto en el garaje, que estaba en otro sitio. El proceso para llegar al hotel es este, según las indicaciones que me dio su propio dueño, "cordobés de la cabeza a los pies": Debe entrar por Mercacórdoba, bordear el Alcázar, en la calle Amador de los Ríos, que está cerrada al tráfico, llamar por el interfono para que le dejen pasar, en la segunda calle doblar a la izquierda, seguir recto hasta el final y ahí está la esquina de la Calle Encarnación. Bien, pues el hotel ofrece buena impresión al entrar, pero después el encanto se desvanece. Nos tocó una habitación en el segundo piso, a la que se arriba subiendo por unas escaleras de mármol blanco, muy estilo árabe la decoración exterior, pero cuyo interior deja un poco qué desear, porque el cubrecama y las cortinas eran feos, las camas nada confortables y el baño muy pequeño. De todos modos nos quedamos, porque el dueño era simpático, el precio módico y la ubicación perfecta., aunque el desayuno no estaba incluido. 
 
La mezquita




Típico patio andaluz

Granada

A Granada llegamos a las 11:10 de la mañana de un día espectacularmente soleado bajo un firmamento azul como no es así de azul en ningún otro lugar. Nos hospedamos en el Hotel Juan Miguel, de tres estrellas y buen precio, situado en Acera del Darro, 24, con habitaciones cómodas y limpias, baño equipado, televisión por cable, desayuno e IVA incluidos, muy cerca de todos los sitios de interés, principalmente para ir hasta la Alhambra.

A mi me encanta esta ciudad, porque está siempre tan llena de colorido y vitalidad, de sonidos y expresiones. Me gusta su gente, su historia, su música, su mirada. Sí, Granada tiene su propia mirada y una luz hermosa que refleja en sus miles de ojos todos los matices de la vegetación que la rodea. Y tiene, sobre todo, una magia que flota desde la Alhambra hasta los blancos picos de Sierra Nevada, esa magia de Las mil y una noches que serpentea por sus callejuelas, se adentra en las cuevas, se siente en las guitarras y en el taconeo del flamenco, se pasea como una silueta de humo a lo largo del río Darro en noches de cante jondo y bulerías. A pesar de cuanto he dicho, Granada es indefinible, porque en ella se fusionan pasado y presente en una mixtura exquisita de lo árabe y lo español. Ni siquiera los Cuentos de la Alhambra, del escritor norteamericano Irving Wallace, quien fue su cautivo literario, logran descubrirla y describirla tal como ella es. Ni siquiera la poesía inmortal de un granaíno auténtico como fue Federico García Lorca consigue dibujarla.
 




Iglesia de Santo Domingo
 
La Alhambra

Jardín del Generalife (en árabe, Jennat-al-Arif) que significa "jardín del arquitecto", poblado de elevados cipreses y cantidad de otras plantas.



Patio de los Arrayanes

Inscripciones del Corán



Patio de los leones


Jardines del Partal

En cada espacio exterior e interior de la Alhambra, todo demuestra la importancia del agua y cómo la vida aquí se desarrolló en función de este elemento


Panorámica del barrio del Albaicín

Un bar de tapas



Tablao flamenco