23/10/10

ItaliArte

En Italia, ARTE se escribe con mayúsculas, porque se percibe dondequiera que se va, en las ciudades y en los pueblos, en los museos y en las iglesias, en las plazas y en los mercados, en las calles y en las personas, en lo seco y en lo mojado. Italia toda es una obra de arte en constante movimiento y, sobre todo, en permanente estado de preservación. No es para menos, cuando se es curador y custodio de un acervo absolutamente inestimable. 

El prodigioso ingenio y la excepcional habilidad de los artistas hizo posible que la piedra, la tela y el metal cobraran vida, hasta el punto de llegar a respirar por sí mismos en el espíritu y la memoria de sus representaciones. No me cansaré nunca de ver y detallar con inagotable asombro la textura, los hilos de oro, las figuras y los tonos de color de los magníficos tapices; la precisión del cincel sobre el mármol en el parto escultórico de una anatomía humana o animal; la intensidad del fuego y el impacto del martillo en el acto de doblegar al bronce para erigir un monumento. Si el Arte, en todas sus formas de expresión, no existiera, probablemente viajar a otros países no despertaría el mínimo interés.      













Busto de Sócrates

Busto de Platón

Busto de Aristóteles







Detalle del techo de la Galería de los Mapas. Las obras de esta sala rectangular se realizaron durante el papado de Gregorio XIII (1582-1585) y fueron restauradas por orden del papa Urbano VIII (1623-1644). 






















13/8/10

Venezia

Basílica de San Marco vista desde la piazzetta


Torre del Reloj


Fachada del Palazzo Ducale,
residencia del Dux y sede del gobierno en tiempos de la Serenísima República de Venezia

San Teodoro, antiguo patrón de Venezia

El león alado de San Marcos el evangelista, símbolo de la ciudad




Al fondo, Iglesia de San Giorgio Maggiore, diseñada y construida por Andrea Palladio entre 1565-1568




Puente de los Suspiros, así llamado porque siendo el puente que conectaba a la Corte de Justicia con la cárcel, era el último lugar donde los condenados podían ver la luz del sol antes de entrar a prisión.