21/9/12

Periplo de Otoño - Praga

Trenetear a través de las campiñas desde Austria hasta República Checa desbandó mis pensamientos. El trayecto dura casi cinco horas, tiempo de sobra para revisar el mobiliario mental, deshacerse de algunas ideas inútiles, quitar el polvo a algunas reliquias idelógicas, cambiar de sitio una que otra teoría y airear ciertos recuerdos. Praga me produce una sensación de déjà vu, cuyo único asidero real, aparte de mi primera visita en el año 2002, son los libros que no debí leer siendo adolescente. Pero los leí, y ellos dejaron su huella en mi memoria como sólo es posible que suceda cuando la mente es un disco duro con muchos terabytes de espacio libre. Praga me remonta a la pompa y a la miseria, a lo sublime y a lo brutal, a la grandeza y al oprobio, a la armonía musical y al estruendo de la guerra, a los susurros amorosos y a los silencios del miedo.

Llegamos a Praga sobre el mediodía y caminamos desde la estación de trenes hasta los apartamentos Harley Style en el número 36-48 de Václavske náměstí, una amplia avenida con un largo bulevar en medio que es la Plaza Wenceslao. En un extremo se encuentra el Museo Nacional (Národní Muzeum), de estilo neorrenacentista, construido entre 1885-1891 según el diseño del arquitecto Josef Schulz, enfrente está una estatua ecuestre de San Wenceslao, patrono de Bohemia, que fue después Checoslovakia, y a partir de la división de ésta en 1993 Česká republika (República Checa), independiente ya de Slovenská republika (República Eslovaca o Eslovaquia).

Así que estamos en la tierra de los escritores Franz Kafka, Milan Kundera y Hrabal Bohumil, del padre del psicoanálisis Sigmund Freud, del genetista J. G. Mendel y del compositor Gustav Mahler y del admirado Mariscal Radecký, en cuyo honor el músico Johann Strauss (padre) compuso la famosa "Marcha Radezky".    

Nos hospedamos en uno de los apartamentos Harley Style por un precio bastante razonable. Nos tocó un duplex decorado con afiches y cuadros de motocicletas Harley & Davidson. Abajo se ubican la cocina, totalmente equipada, y el baño; por una empinada escalera de pino se llega al dormitorio, donde a través de una puerta-ventana inclinada, que se abre accionando un switche, se accede a una pequeña terraza desde donde se ven las típicas agujas de los castillos praguenses y las cúpulas verdes de las iglesias.

Nuestro principal interés fue recorrer el centro histórico de la parte antigua de la ciudad -Staré Město-, donde el tiempo parece haberse detenido, ineluctablemente, en la época medieval. Es esta atmósfera la que hechiza al visitante. Uno se enamora de sus muros de piedra, de los adoquines de sus calles, de la espectacularidad de sus tejados, de la fastuosidad de sus palacios, de su puente de piedra y de su río Moldava, de su barroca y bella Ciudad Pequeña (Malá Strana), a la que se entra atravesando el Karlův most (puente Carlos), con la misma emoción infantil con la que se leían los cuentos de hadas.

Es un viejo dicho que Praga es "la joya" de Europa. ¡Claro que lo es! Ni las luces de París, ni las piedras de Grecia, ni los mármoles de Italia, ni las praderas de Inglaterra, ni los monasterios de España, ni la alcurnia de Austria son comparables a la magia, la bohemia y la fascinacíón que ella irradia e inspira.

Disfrutamos del mejor gulash de cuantos comimos en todo el viaje, lamentamos no poder abusar del Palacinky, la mejor de las crêpes al estilo checo (palmadita, palmadita), probamos unos buenos bizcochos -rellenos no sé con qué- en uno de los tarantines de la Plaza Wenceslao, nos gustó mucho la interpretación de "El Lago de los Cisnes" de Tchaikovsky, ejecutada por el Ballet de Praga en el Teatro Hybernia, visitamos la casa de Kafka convertida en museo, presenciamos una pelea callejera entre drogadictos y hasta me obsequié con un masaje tailandés de piernas y pies super relajante que incluyó una taza de té.    

 Nové Město

Václavske náměstí y al fondo el Museo Nacional de Praga

Tranvía, el medio de transporte que más utilizan los praguenses

También la bicicleta es un vehículo de uso común en la ciudad

En el sitio donde antes estuvo la Corte Real, está Obecní Dum ó Casa Municipal. Fue construida entre 1905-1912, según el diseño de los arquitectos Antonín Balšánek y Osvald Polívka


Una de las muchas cafeterías donde se degusta buen café


Staré Město



Plaza de la Ciudad Vieja (Staroměstské náměstí)

Monumento a Jan Hus (1369-1415), filósofo, teólogo, reformista religioso y precursor del protestantismo husita. Condenado por herejía, murió quemado en la hoguera

Vista de la Iglesia de San Nicolás

Iglesia de Nuestra Señora del Týn (Kostel Matky Boží před Týnem), construida en 1256 sobre los restos de una antigua iglesia románica. En su interior está sepultado el astrónomo Tycho Brahe

Torre del campanario del antiguo Ayuntamiento

Reloj Astronómico (Staroměstský orloj), en la pared del Ayuntamiento. En la parte superior se observa el cuadrante astronómico, que además de dar la hora, indica también las posiciones del sol y de la luna, y en la inferior el calendario circular donde aparecen los meses del año

Detalle del cuadrante astronómico del reloj, en cuyo círculo interior aparecen los signos zodiacales

Figuras alegóricas de un Filósofo y un Ángel

Figuras alegóricas de un Astrónomo y un Cronista

Torre del Polvorín, una de las trece puertas de entrada a la ciudad fortificada. Fue construido en 1475, tiene 65 metros de altura y se puede disfrutar de una mangífica vista panorámica de Praga si se está dispuesto a subir sus 186 escalones hasta la azotea

Detalle de la Torre del Polvorín, ornamentada con las estatuas de San Vito, Carlos IV, Wenceslao IV, San Adalberto y San Segismundo, y con los escudos de los países que pertenecían a la corona checa en tiempos del reinado de Carlos IV


Un músico muy elegante con su sombrero y su flor en el ojal de la solapa

Boda en el Ayuntamiento

Inmóviles durante horas... Sin ironía, un trabajo muy exigente

Estatua de Carlos IV en la Plaza de los Caballeros de la Cruz de Malta, frente a la Iglesia San Francisco de Asís

Klementinumsituado entre las calles Karlova y Křížovnická, en 1232 los dominicos construyeron aquí una capilla dedicada a San Clemente; en 1556 los jesuítas la transformaron en un colegio; después se estableció en ella un observatorio y desde 1990 allí funciona la Biblioteca Nacional

Las "agujas" de Praga

Puente de Carlos (Karlův most), su construcción se inició en 1357 por encargo de Carlos IV y originalmente se denominó Puente de Piedra, hasta 1870 cuando se le dio el nombre actual. Mide 516 metros de largo por 10 metros de ancho y está ornamentado con 30 estatuas de santos, la mayoría de las cuales son réplicas de las originales que se hallan en el Museo Nacional



Vista del Castillo de Praga, considerado el más grande del mundo. Su construcción se inició alrededor del año 880 bajo la dinastía de los Přemyslovci, fundadores del Estado Checo. Sirvió de residencia de los reyes de Bohemia. Ha sido la sede oficial de los presidentes de la antigua Checoslovaquia y de la actual República Checa


Río Moldava (en checo Vltava)

Caricaturista trabajando, se ven muchos de ellos a lo largo del puente

Detalle de la estatua de la Crucifixión

La leyenda dice que si se toca al perro es seguro que se volverá a Praga. Este relieve en bronce adorna la base del pedestal sobre el que se erige una escultura de San Juan Nepomuceno

También se vuelve si se toca a la vieja en el relieve del mencionado pedestal. Ninoska se propuso creer en la leyenda


Organillero con su inseparable monito

Acordeonista invidente

Titiritero

Este comerciante informal, cuando no vende, se informa

Vendedora en plena labor de contabilidad


Malá Strana

Entrada a Malá Strana
Calle Mostecká y al fondo la Iglesia de San Nicolás

El mejor gulash del mundo

 

Palacinky, la mejor crêpe del mundo



Hombre orquesta ejecutando una pieza



        

19/9/12

Periplo de Otoño - Grinzing

Ayer nos acompañó un clima excelente con cielo despejado. Disfrutamos de una jornada parsimoniosa, fuimos de compras, entramos en un salón de belleza donde me cortaron el cabello, almorzamos con mi amigo Paul O. y tuvimos que andar mucho para encontrar un cybercafé, que por lo visto no abundan en Viena. Conseguimos uno regentado por un chico argentino y después nos fuimos a visitar el Leopold Museum. Cerramos el recorrido por el museo en una de las tantas cafeterías que hay en la ciudad. Yo tomé un par de cafés expresso y Ninoska no pudo resisitir la tentación de zamparse tres dulces diferentes. Ha reincidido en este pecado desde el primer día que llegamos a Viena y de nada le vale el arrepentimiento.

Hoy, mi amiga propuso muy acertadamente que subiéramos a Grinzing, una pequeña localidad en el Distrito 19, al norte de Viena. Lástima que el día haya estado nublado y lluvioso. Aún así, fuimos en Metro hasta la estación Heiligenstadt, luego tomamos el tranvía 38A y llegamos felizmente a este pueblito, famoso por sus heuriger, tabernas en las que se sirve únicamente el vino elaborado por sus propietarios, cuya disponibilidad se anuncia con una rama de pino colgada en la puerta de entrada. Por causa de la lluvia no nos fue posible visitar ninguna, pero almorzamos un buen gulash, tomamos fotografías, paseamos por ahí y contemplamos el paisaje bucólico desde la colina Cobenzl. 

Vista panorámica de Viena desde la colina Cobenzl















 

Esta fachada corresponde a uno de los primeros complejos de viviendas sociales, conocido también con el nombre de "vivienda roja", diseñado por el arquitecto Karl Ehn e inaugurado el 12 de octubre de 1930 en el distrito 19 de Viena. En este lugar, sobre una superficie de 156.000 M2, hay 1.272 apartamentos de entre 30m2 y 60 M2, destinados a la clase proletaria, por lo que entonces se le denominó Ringstraße des Proletariats (Carretera de Circunvalación del Proletariado).