4/6/91

Buenos Aires

Mi primera visita a Buenos Aires fue en junio de 1991. Entonces ejercía mi profesión de abogado y un cliente contrató mis servicios para que encontrara a un pariente suyo, del que se sabía que había emigrado a Argentina en los años cuarenta, pero nada más. El pariente en cuestión era el heredero de un pedazo de tierra en su natal Galicia, donde otros familiares esperaban noticias de su paradero, en el supuesto de que aún viviera. Las únicas pistas que me proporcionó el cliente fueron una copia del acta de defunción de los causahabientes del señor y una copia del testamento de aquéllos. Para colmo, el hombre tenía un nombre de lo más común, así que cuando revisé la guía telefónica de Buenos Aires, conseguí decenas de personas con su apellido. Sin embargo, la consulta no fue en vano, porque dos de los nombres que figuraban en el directorio telefónico me servirían, al cabo de ocho días, para dar con el escurridizo pariente. Durante esa agitada semana, recorrí Buenos Aires a pie, en autobús, en taxi, en metro y en tren, y descubrí una ciudad fascinante de la que me enamoré para siempre. Lo mejor de todo fue que pude aprovechar para disfrutar de una de mis pasiones favoritas: el tango.     

Entrada de la casa donde vivió Carlos Gardel

Panteón donde yace Carlos Gardel en el cementerio de La Chacarita

Obelisco a la Bandera Nacional, construido en 1936 por el Cuatricentenario de la ciudad, y declarado Monumento Histórico Nacional

Frente a la Casa Rosada

Asado criollo y lechón al asador en La Estancia, ubicado en Lavalle 941

Tango y milonga en el barrio porteño de San Telmo
 


Vía férrea en Belgrano R
*Todas las fotos de este post han sido escaneadas de las originales, tomadas en 1991, cuando aún los consumidores comunes y corrientes no teníamos acceso a la fotografía digital.

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